@jlregojo

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domingo, 1 de junio de 2025
Un lunes cualquiera

jueves, 1 de mayo de 2025
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 36.-Un encuentro inesperado
Desde mi balcón, le di vueltas a la frase que me dijo mi mujer antes de irse a trabajar: «La vida está llena de contrastes, mi amor. De esos que, al principio, parecen carecer de sentido, pero que al final nos regalan combinaciones insólitas». Y tenía razón.
Todo empezó un día en el que, paseando junto a la orilla de la playa de Puntalarga, me encontré con dos elementos que, a primera vista, parecían incompatibles, y que ningún filósofo habría asociado para reflexionar sobre el sentido de la vida: un bombón y el mar, dulce y salado juntos.
Era media tarde y estaba recorriendo, un día más, la ruta del colesterol de Candelaria, es decir, el Paseo Marítimo. Algunos perros, esos habitantes privilegiados de este municipio, correteaban y saltaban entre las piedras de la costa. Mientras los miraba, apoyado en la barandilla del Paseo, descolgaba esas reflexiones que suelo tender entre nubes, en la línea del horizonte donde reposa Gran Canaria. La caricia de la maresía salaba mi rostro, y el aroma del océano me envolvía por completo. Un día más, en ese instante, el tiempo se detenía para que yo pudiese coser con palabras esos retazos de reflexiones al viento.
En esas elucubraciones andaba yo, cuando vi algo que brillaba entre restos de algas que el mar había arrastrado hasta la orilla. La curiosidad me pudo, así que bajé hasta el margen de la playa y me agaché a recogerlo, intrigado por saber qué podía ser: ¿un regalo inesperado?, ¿un mensaje de tierras lejanas? Lo cogí y, al abrirlo, descubrí un bombón de chocolate con una almendra incrustada. «Mi preferido», pensé. «Además, parece intacto».
Miré a mi alrededor para comprobar que no se le hubiera caído a alguien cercano. No había nadie, ni nadie se fijaba en mí. Estaba solo ante el bombón, los dos cara a cara. No sabía qué hacer, ¿me lo comía o no? Porque lo que estaba claro es que no lo iba a llevar a la oficina de ‘Objetos Perdidos’ de la Policía de Candelaria. ¿Qué hacía un bombón en la playa? «Menuda combinación», pensé. «Dulce y salado. Seguro que el cocinero Ferran Adrià se inventaría un postre».
La tentación, he de reconocerlo, era muy fuerte. El aroma del chocolate con almendra era superior a mí. Me lo acerqué a la nariz, después a los labios. Cerré los ojos y dejé que el sabor del cacao de una minúscula porción del bombón inundara mi boca. Lo que sucedió a continuación fue inesperado: mientras el dulzor del bombón se derretía en mi lengua, quedé extasiado. El sabor de la sal del mar, que aún permanecía en mis labios, se mezcló con el chocolate, creando una mezcla explosiva de contrastes. Era como si lo dulce y lo salado hubieran decidido unirse en un baile lujurioso, provocando una sensación totalmente nueva para mí.
El bombón, con su dulzura, se combinaba con la sal del mar de una forma que jamás me habría imaginado. La sal realzaba el sabor del chocolate y lo transformaba en algo completamente nuevo. Cada pequeño bocado aumentaba mi excitación, me erizaba el vello de la piel. No lo puedo expresar con palabras. «Como en ciertos momentos íntimos de la vida», pensé.
Me quedé ahí, medio estirado en la orilla, viendo cómo las olas iban y venían. Me sentía como si hubiese alcanzado un orgasmo en la orilla del mar. Cuando finalmente me calmé, no pude evitar sonreír al pensar en la ironía de la vida. A veces, las cosas más inesperadas, como un bombón en la orilla del mar, pueden ofrecer un placer indescriptible. Destendí una de mis reflexiones y aprendí que esa experiencia la podía extrapolar a la vida, porque no hay combinación imposible, solo hace falta encontrar el momento adecuado para que todo encaje.
La entrada anterior: El espantoso silencio de la gente buena

miércoles, 1 de enero de 2025
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 32.- Canarias y la felicidad
Entrada publicada el mes de junio de 2024 en la Revista de la Asociación Cultural Canaria de Escritores (ACTE)
Enero 2025. Nro. 32
La búsqueda de la felicidad ha sido una constante a lo largo de mi vida, desde aquellos días en que escuchaba la canción de Palito Ortega, La felicidad, o la de Al Bano y Romina Power, Felicità (y de eso hace mucho tiempo…), hasta llegar a la versión más reciente de Berlín (La casa de papel).
Según diversas investigaciones, parece ser que los tres factores que más contribuyen a la felicidad son sentir que la vida tiene sentido, percibir que tenemos control sobre nuestras vidas y gozar de salud y bienestar. Aunque la felicidad es algo subjetivo, hay instituciones que la cuantifican. Según el Índice Global de Felicidad, publicación anual de las Naciones Unidas, España ha descendido tres puntos durante el año 2023 respecto al año anterior. Ahora estamos en la posición 32 entre 157 países. De acuerdo con este Índice, Finlandia es el país más feliz del mundo, mientras que Afganistán se encuentra en la última posición.
Hay un país, cuyos ciudadanos dicen que son muy felices, a pesar de estar en la séptima posición: Noruega. Los noruegos destacan por su peculiar filosofía de vida llamada "kos". Este concepto, similar al "hygge" danés (segunda posición del Índice), supone encontrar la paz y la felicidad en las pequeñas cosas cotidianas. Una palabra que irradia calidez, amabilidad, cariño y risas, así como ayuda a sentirse feliz cuando te sientes seguro y alegre en compañía o te sientas a solas a mirar las estrellas o el paisaje alrededor. En esencia, el saber disfrutar de la tranquilidad es esencial para este estilo de vida.
Disfrutar del “kos” es fácil, vivas allá donde vivas. No se requiere excesiva destreza para disfrutar de ese sentimiento que se puede experimentar casi en cualquier momento y en cualquier lugar, a solas o en compañía. Es una sensación de calma, un ser consciente del momento y de ese profundo estado de bienestar y satisfacción. Solo tienes que proponértelo. El “kos” es el resultado de la suma de los pequeños detalles. Por ejemplo, disfruta de la naturaleza cuidando las plantas de tu balcón o terraza y pasea por el parque o playa cercana a tu domicilio.
En España, también cultivamos nuestro propio "kos". Ya sea disfrutando de la naturaleza y las playas, o deleitándonos con una buena ración de jamón ibérico, sí, has leído bien. Según algunos estudios, el jamón ibérico activa la serotonina, la hormona de la felicidad. A pesar de que creamos que pueda ser un mito, comer jamón nos hace mucho más felices. Cuando lo comemos, estamos reduciendo nuestra ansiedad y sumergiendo a nuestro cuerpo en un estado de bienestar y relajación. En definitiva, comer jamón también proporciona felicidad.
En el siglo XIX, Schopenhauer, filósofo alemán, sugería que el conocimiento aumentaba el sufrimiento; en la actualidad, un estudio de la Universidad de Bath (Reino Unido) señala que las personas con menos capacidades tienden a tener una perspectiva más optimista y viven una vida aparentemente más feliz. En otras palabras, vive tranquilo e ignorante de lo que ocurre a tu alrededor para ser feliz, lo cual no quiere decir ser insolidario con tus semejantes. ¡Ah!, y no te olvides de tu ración de jamón.
En cuanto a Canarias, a pesar de su mala situación socioeconómica respecto al resto de comunidades autónomas, sus habitantes muestran altos niveles de satisfacción, según el Indicador Multidimensional de Calidad de Vida. Los isleños, pese a los datos de pobreza y empleo, sienten una satisfacción con su vida por encima del resto de comunidades, porque este estudio no solo evalúa la situación económica de las personas, sino también las emociones positivas y el tener un propósito en la vida. El buen clima y el fuerte sentido de comunidad contrarrestan la precariedad laboral y económica, según el Instituto Nacional de Estadística. La felicidad en las islas va más allá de la situación financiera que los canarios tengan (o sufran). Ellos y ellas llevan en los genes una sabiduría natural y ancestral que los peninsulares no hemos sabido comprender. Su búsqueda de la felicidad es un viaje personal marcado por pequeños detalles: su entorno natural (que deben preservar más) y unas estrechas relaciones personales de amistad y familiares que van más allá de la economía. Algo que los peninsulares deberían aprender y que los canarios deberían defender frente a la avaricia depredadora turística e inmobiliaria que les amenaza cada día con falsos cantos de sirena.

domingo, 1 de diciembre de 2024
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 31.- El giro real no es el canario
¿Por qué a los hombres les gusta que dos gallos se enfrenten y luchen hasta la muerte? Se dirá que se trata de un juego que solo interesa a las clases bajas e incultas. Se dirá, también, que es un entretenimiento que depara satisfacciones a aquellas personas que necesitan exteriorizar sus instintos violentos, echando por los poros y los sentidos todo lo que de animal tiene un ser humano escasamente cultivado o con la mente atrofiada….. El fanático y febril aficionado llega a creer que es él mismo quien lucha en la valla. …
La satisfacción por la victoria llega a ser inmensa cuando el aficionado apostante descubre que detrás del gallo enemigo y perdedor se ha escondido una persona no querida y odiada; o simplemente rival, por pertenecer a un pueblo limítrofe que mantiene relaciones poco amistosas con el suyo. Y por el contrario: cada herida sufrida por el animal elegido ha acabado por sentirla como en propia carne, aunque al final del combate pueda llegar ese gesto despreciativo o de asco hacia el animal derrotado, que no supo aguantar el castigo y lo dejó en evidencia ante aquellos forasteros que habían llegado al pueblo con ínfulas de perdonavidas.

viernes, 1 de noviembre de 2024
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 30.-El canario no busca conflicto (así le va)
Publicada en la revista Tamasma Cultural el mes de enero de 2024
Noviembere 2024.
Desde mi balcón, reflexiono sobre lo que me ocurrió la semana pasada en el mercado del agricultor de Candelaria. Después de comprar fruta, papas y tomates, me dirigí a por unas lechugas y cebollas. Había cola y pregunté quién era la última persona. Una señora me lo indicó y, a su vez, yo se lo dije a la que preguntó a continuación. De repente, una chica se coló y se puso delante de todos. La gente de la cola la miró, nos miramos y nadie reaccionó. Me adelanté, le toqué la espalda y le expliqué cómo funciona el sistema de las colas. Ella me miró y, en inglés, me dijo que no me entendía. Yo se lo repetí todo en inglés. Sorprendida, no me contestó. Se apartó ligeramente y esperó hasta que me atendieran. Una vez me hubieron atendido, se coló delante del resto de la gente. Miré hacia la señora que iba detrás de mí y me mostró una cara de sorpresa, la dejó pasar y nadie se quejó.
Sorprendido aún por la inacción de la gente de la cola, se lo he explicado a unas amigas canarias y me han dicho que no les sorprendía, «es nuestro carácter, no nos gusta el conflicto», contestaron.
Ya en 1886, un viajero y erudito suizo, Herman Christ, en su libro Un viaje a Canarias en primavera, escribió sobre el carácter canario:
“El canario es sensible y lleno de comprensión hacia los deseos ajenos, servicial, extrovertido, charlatán, pacífico; libre de cualquier exageración en cuanto al sentido del honor y de toda tendencia bélica; libre de pasiones políticas y de cualquier actitud violenta o, incluso, sangrienta; le es ajeno todo deseo de revoluciones o pronunciamientos. En cambio, prefiere la vida natural, es amigo de las plantas, las conoce a todas por sus nombres y, donde puede, se rodea de ellas; es casero, con muchos hijos, nada arrogante ni orgulloso….
En cambio, al isleño le falta el ardor y la energía, la obstinada tenacidad y el estoicismo que se advierten en el peninsular. El isleño es de materia blanda y sus carencias parecen ser más bien las de un carácter débil que las de uno fuerte. Si se aparta en pequeñas cosas de la verdad, es más por cortesía que por interés…” .
El suizo no fue el único en describir el carácter canario. Antes que él, en 1854, el alemán Julius von Minutoli, Cónsul General de Prusia, escribió El pasado y el porvenir de las Islas Canarias, libro dedicado a la reina Isabel II y publicado en Berlín en 1854. En este trabajo, fruto de su recorrido por las islas Canarias el año 1852, también se atrevió a definir a la población del archipiélago.
“Son abiertos, ingenuos, pacíficos y conciliadores, además de fieles, modestos y cumplidores; trabajadores que se contentan con poco y hospitalarios como nadie…
No pierden jamás, ni siquiera en las situaciones más extremas de la vida, la decencia y compostura, que también conservan normalmente las clases bajas. En las fiestas y bailes populares o en los certámenes de salto, lucha, lanzamiento y carrera siempre son comedidos y correctos: jamás hay brotes de vandalismo o apasionamiento excesivo. En caso de enfermedad y muerte, de preocupación y necesidad muestran siempre una calma y resignación próximas al estoicismo. Solo resulta verdaderamente lamentable el hecho de que se haya descuidado la instrucción del pueblo, lo cual ha redundado en una ignorancia y oscurantismo que han mantenido la creencia en brujas y malos espíritus…”.
Se me ha ocurrido dar un repaso a la hemeroteca de los últimos años y compruebo mis sospechas: los políticos canarios se han aprovechado de su pueblo, puesto que este no busca conflicto. Más sangrante todavía es si comparamos los resultados globales canarios por no buscar conflicto con los del resto de pueblos del estado español.
2016
Más de 561.000 canarios no tienen el título de Educación Secundaria - El Día - Hemeroteca 05-05-2016
2018
Necesita mejorar: cinco claves para entender la situación de la Educación en Canarias
2019
Crece la brecha educativa de Canarias - La Provincia
El 89% de la población de Canarias respiró aire contaminado en 2018, según Ecologistas en Acción
2020
EDUCACIÓN | Un 20% de la población canaria no logra superar un nivel de estudios básicos
Canarias, tercera comunidad en 2019 en incidencia de la violencia de género
La contaminación enferma y causa muertes, también en Canarias | Canarias7
El 93% de la población de Canarias respiró aire contaminado
Canarias es por un día el punto más contaminado de todo el planeta
2021
Más del 20% de los jóvenes canarios ha ejercido violencia de género
Un estudio del Cabildo y la ULL revela que la mitad de los jóvenes niega la violencia machista
Canarias registra uno de los peores niveles de contaminación del aire por la calima
2022
¿Por qué Canarias es la región con más personas con solo estudios básicos?
2023
Canarias es la región con más población con problemas de salud crónicos - La Provincia
Canarias y Baleares, las autonomías con mayor tasa de asesinatos machistas
Canarias repite como segunda comunidad autónoma donde más barato resulta contratar a un trabajador
Canarias, con 1.753 euros netos al mes, una de las regiones españolas que paga peores salarios
El Médano, el pueblo del sur de Tenerife que se hartó de nadar en aguas contaminadas
Declarada no apta para el consumo parte del agua de grifo de Arafo por una bacteria
El lector, la lectora, no debería tomarse estos datos como un ataque personal. Me he asegurado de que las fuentes sean canarias.
Los políticos saben que el hecho de que Canarias sea la comunidad que abandere los salarios bajos es resultado de tener los niveles educativos más bajos, conocen que la media de violencia de género alta es resultado de un nivel elevado de acoso escolar, y son conscientes de que una contaminación del aire y del océano alta es el desencadenante de la altísima mala salud crónica de la población canaria. ¿Qué hacen para paliar estos problemas que se van repitiendo junto a las promesas electorales de cada cuatro años?
Creo que estos datos objetivos deberían hacer pensar a la población canaria si la no búsqueda de conflicto es la solución. No me refiero a un conflicto violento, pero sí contestatario. Un conflicto basado en la verdad (los datos) y en el respeto a la dignidad de la población autóctona que tendría que plantearse si los políticos que les deberían haber defendido frente al gobierno central o las multinacionales lo han hecho realmente, o si han defendido a holdings turísticos e inmobiliarios de sol y playa que solo dan riqueza al exterior, dejan la mierda en el interior y ¿ofrecen? trabajo precario y de temporada a los habitantes de las islas. Tal como dice el lingüista y politólogo Noam Chomsky, mientras la población general sea pasiva, apática y pendiente principalmente del consumismo, o desviada hacia el odio a los vulnerables, los poderosos podrán hacer lo que quieran, y los que sobrevivan se quedarán a contemplar el resultado.
Acabo de escribir estas líneas y leo el siguiente tweet:
Ayer llegó un grupo de 20 turistas alemanes, guiados por otro alemán, a la estación de guaguas de La Laguna. Iban a Anaga. Cuando llegó la guagua el guía se puso en la puerta y dijo ante un grupo de canarios: "Mi grupo primero" Ese es nuestro problema, ellos siempre van primero.
La entrada anterior: La magia del macizo de Anaga

martes, 15 de octubre de 2024
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 29.- La magia del macizo de Anaga

martes, 1 de octubre de 2024
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 28.- Las sonrisas de Candelaria

domingo, 1 de septiembre de 2024
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 27.- Ombligos / Marutos
Septiembre 2024. Nro. 27
Desde mi balcón, recuerdo con estupor lo que me pasó la semana pasada. Era un día como otro cualquiera, yo estaba paseando por la Avenida Marítima de Candelaria. Hacía calor, como siempre. Mi andar pausado me permitía observar el paisaje y a todas las personas con las que me cruzaba.
Sin darme cuenta, me percaté de algo que se repetía en la mayoría de las mujeres que veía: enseñaban el ombligo. Los había de distintas formas: ovalados, redondos, hundidos, hacia fuera… Un centímetro seductor que algunas mostraban sin pudor, conscientes de su encanto.
Los ombligos empezaron a ser un tema de investigación, como en su momento lo fueron los culos y el carnaval. En aquel momento, recordé haber leído que la personalidad de cada persona dependía del tipo de ombligo que tenía (hay teorías para todo, otra cosa es creérselas). Así, un ombligo ovalado indica un carácter fuerte, perseverante y terco. En cambio, si es circular, sugiere un gran corazón y que eres una persona prudente. Por otro lado, si está tapado, tu carácter es oscuro y guardas secretos. Si tiene una forma de rajita vertical, es probable que seas una persona con poca energía. Sin embargo, si tienes un ombligo difuminado, eres una persona hiperactiva y sensible. Por último, si tu ombligo tiene forma de ojo, eres una persona despierta y preparada para lidiar ante cualquier situación. Mirando mi ombligo en el espejo, fui incapaz de calificar qué tipo de personalidad tenía yo.
Llegados a este punto, recordé que en China, uno de los cánones de belleza más importante para las jóvenes es tener unas piernas largas y bonitas. Por ello, la máquina consumista china no ha dudado en crear una manera para que quienes no las tengan, puedan aparentarlas: tatuajes temporales de ombligos para reducir visualmente su torso. Son calcomanías que se colocan unos centímetros por encima del ombligo real y, con unas faldas o pantalones de talle alto, se logra el efecto deseado.
Enfrascado como estaba con estas reflexiones, volví a la realidad cuando la mujer que iba delante de mí tropezó en la rampa frente a la estatua metálica del pez grande que se come al chico, a la altura de Puntalarga. Se había mareado por el calor. La ayudé y le ofrecí agua de mi botella. Aceptó, a pesar de que contenía mis babas. La acompañé hasta los bancos que había unos pasos más adelante y nos sentamos uno frente al otro. Le pregunté si se sentía mejor. Noté que le gustó que la tuteara, y ella hizo lo mismo. Me dijo que era de Venezuela.
Mientras se recuperaba, empecé a conversar sobre literatura, un tema poco comprometedor que casi siempre me funciona. Le hablé del último libro que había leído de Thomas Mann en el club de lectura de la biblioteca, La muerte en Venecia. Lo conocía, y la película también, así como la banda sonora de Gustav Mahler, la sinfonía número 5. Se le iluminó la cara en el preciso momento en el que se le cayó la botella de agua al suelo. La recogí y aproveché para sentarme a su lado. La cogí de la mano con la excusa de tomarle el pulso. Ya no la solté y ella me dejó hacer.
Pasamos a la poesía. Le confesé mi fobia hacia Neruda, la persona, no el poeta. No se lo podía creer. Parecía que yo era la primera persona que conocía, que opinaba así, igual que ella. Nos levantamos y seguimos paseando por la Avenida Marítima hacia Caletillas, cogidos de la mano. Nos reímos y charlamos sin parar. Ella se soltó de mi mano para agarrarse a mi brazo. Así seguimos el paseo hasta llegar a una autocaravana estacionada en un aparcamiento al final de la avenida. Me invitó a entrar y cerró la puerta.
Nos miramos a los ojos y, sin pudor alguno, nos dejamos llevar con un poco de vértigo y un mucho de pasión y desenfreno. Cuando ya estábamos casi desnudos, la observé y comprobé que superaba en mucho lo que había imaginado. Se me empañaron las gafas y me las quité. Busqué su ombligo. Era incapaz de verlo. Me las volví a poner y, aun con ellas puestas, no conseguía encontrarlo. Se dio cuenta, sonrió y me preguntó qué buscaba. «Tu ombligo», contesté. «¡Ah, mi maruto!», exclamó. Respondió que no tenía, que había sufrido un accidente hacía unos años y se le había quemado la zona de la barriga. La tuvieron que operar y la dejaron sin ombligo, con un vientre liso como el culito de un bebé. Se me aflojó la erección. Me cogió la mano y la colocó encima de su estómago. «Ves qué suave», comentó. Pero tampoco así conseguí que la verga volviese a lucir su estirpe. Estaba como una bandera en un día sin viento. «¡Sin ombligo!», pensé. «Ya estoy acostumbrada», dijo ella. «No eres el primero. ¡Vístete, anda! Seguiré buscando a un hombre sin maruto que me comprenda».

jueves, 15 de agosto de 2024
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 26.- El carnaval y los culos canarios, ¿empoderamiento o martirio femenino?
agosto 2024. Nro. 26
Dejándome llevar por la brisa carnavalera de la tarde, leo un libro que me recomendaron en la biblioteca pública de la zona joven de Candelaria (¡qué maravilla de servicio público!). Se titula Temas de conversación, de la escritora estadounidense Miranda Popkey.
Esta obra nos introduce en la mente de una mujer destinada a complicarse la vida, una mujer que transita entre la incoherencia de su día a día y sus ideales feministas. En un capítulo, nos revela lo siguiente:
En el siglo XVIII, la cintura de la esposa ideal no era mayor que la envergadura de la mano del marido…. Mala suerte si tu marido tenía los dedos cortos y las palmas pequeñas.
Recuerdo cuando pasé mi primer carnaval en Santa Cruz, una de las cosas que me sorprendió (en positivo) fue la diferente visión que las mujeres tienen de su propio cuerpo, y en concreto, de su culo. Venía de la península, donde se nota que hay un patrón de culo femenino caracterizado por su pequeñez, el tipo que la modelo Natasha Wagner popularizó hasta el año 2014.
Es cierto que, a partir de ella vinieron estrellas de la música como Beyoncé que, no solo abogó por el feminismo de Chimamanda Ngozi Adichie, sino que se mostró perrreando en sus videoclips, o Nicki Minaj con su canción en Anaconda. Un poco más tarde, Meghan Trainor que con su All about that bass, declaró la guerra a las Natasha Wagner de turno. Todas ellas cambiaron una tendencia para ‘imponer’ otra diferente.
Sin embargo, la periodista estadounidense Heather Radke se niega a celebrar la aceptación general de los culos prominentes. En su investigación, publicada en Butts: A Backstory (Culos: sus antecedentes), reconstruye el entusiasmo sociocultural por los culos a lo largo de la historia, y demuestra cómo, en los dos últimos siglos, se ha fetichizado el culo de la mujer, convirtiéndolo en un indicador de clase, género y raza. Según ella,
hace 200 años se instauró la idea de que las mujeres con trasero grande eran menos inocentes, más amorales que las mujeres con trasero pequeño. Esto, por supuesto, también se correlacionó con las categorías raciales. Era una forma de dejar claro que consideraban a las mujeres africanas hipersexuales y a las blancas sexualmente inocentes.
Algunas personas pueden decir que exagero, que no todas las mujeres que residen en Tenerife actúan así. Es cierto, nunca se puede generalizar, pero la no ocultación de sus culos, y no solo durante los carnavales, muestra el no sometimiento de un sector de la mujer tinerfeña a la dictadura de lo socialmente correcto. Es más, aunque algunas no sean conscientes de ello, demuestran que en sus cuerpos liberados reside el poder y la dignidad de un nuevo tipo de mujer que no necesita la opinión del hombre para ser. ¿Qué hay más empoderante que mostrar tu cuerpo como quieras y a quien quieras?
Les recomiendo que lean ‘La gorda está triunfando’, un podcast contra la violencia estética: ''No vamos a escondernos en casa hasta estar delgadas''

jueves, 1 de agosto de 2024
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 25.- El bosque de laurisilva, una selva de nieblas


lunes, 1 de julio de 2024
Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 24.- Amores imposibles en Canarias
Artículo publicado en la revista Tamasma Cultural.
Julio 2024. Nro. 24
