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sábado, 1 de marzo de 2025

Notas desde la Villa de Candelaria (Tenerife). 34.- Sobre la gordura





El artículo de este mes podría ser la continuación de un par de artículos que publiqué hace unos meses. Allí, hablé de los culos, a continuación de los ombligos, hasta llegar al artículo de hoy, sobre la gordura.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso configuran una epidemia y suelen ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas, caracterizándose por la acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo humano. Por ese motivo, cada 4 de marzo se celebra en todo el mundo el «Día Mundial contra la Obesidad». En algunas partes también se celebra el 11 de octubre, para prevenir y revertir estas dolencias que afectan a la mitad de la población en todo el mundo.

Según el filósofo, crítico literario, traductor y ensayista alemán de origen judío Walter Benjamin, en su obra Calle de dirección única, “en verano llaman la atención los gordos, en invierno los delgados …”. Esta es una afirmación muy peninsular, porque si fuera verídica, ¿quién llamaría la atención en el sur de Tenerife?, ¿solo los gordos? ¿Los delgados solo serían tenidos en cuenta en La Orotava y otras poblaciones del norte de la isla, mientras que serían ignorados en Los Cristianos, por ejemplo? Vaya usted a saber, si el filósofo estaba viendo aquella serie de televisión de principios del siglo XX llamada El Gordo y el Flaco.

Por otro lado, en el año 2015, surgió un grupo inglés que se autodenominaba Overweight Haters (Odiadores de gordos) que repartía tarjetas en el metro londinense a las personas obesas en las que se podían leer frases como: «Nuestra organización odia y detesta a la gente gorda. Nos oponemos a la cantidad de recursos alimenticios que consumís mientras la mitad del mundo muere de hambre. (...) No es una cuestión glandular, es glotonería. Eres un ser humano gordo y feo». Para contrarrestar esa campaña, surgió la plataforma Stop Gordofobia, un colectivo «crítico con los cánones de belleza establecidos», que durante nueve años recibió cientos de testimonios de personas gordas de todo el mundo relatando el rechazo que habían sufrido.

Recibir una carta anónima insultante en el metro es un ejemplo quizá extremo, pero real. Tan real que Navabi, una empresa de moda de tallas grandes, decidió comprar el dominio overweighthaters.com para evitar que este grupo clandestino lo hiciera suyo y así ayudar a acabar con la estigmatización de las personas obesas.

Sobre lo políticamente correcto

Entonces, ¿es políticamente correcto hablar de grueso, rollizo, obeso, hinchado, rechoncho, regordete, orondo, abultado, corpulento, fuerte, grande, robusto, voluminoso, o gordo? Realmente, hoy en día es difícil referirse a una persona obesa, si estamos bajo el yugo de lo políticamente correcto. En este sentido, el lingüista Ángel López García-Molins, refiriéndose a lo que él denomina “la desgracia social de estar gordo” afirma que, en aplicación del lenguaje políticamente correcto, “una mujer no está gorda, sino horizontalmente desarrollada y un hombre con barriga es un ciudadano de patrón circunférico”.*

Sin embargo, todos sabemos, o deberíamos saber, que las modas cambian con el tiempo, y cada época tiene la suya, a cual más estúpida, por supuesto. Todo en aras de consumir más, ya sea a base de seguir dietas-milagro, comprar cremas reductoras, pagar operaciones en centros de liposucción, etc., pero, siempre hay un denominador común, lo que menos interesa es la salud y el bienestar de las personas, solo la imagen social.

Bailarina en la barra, Fernando Botero, 2001

Como curiosidad final, y gracias a un artículo que leí en el muro de Facebook del poeta canario Álvaro Rodríguez Pérez, quiero destacar la belleza de las esculturas del artista colombiano, Fernando Botero. Un escultor con una filosofía muy particular sobre la obesidad: "Me interesa el volumen, la sensualidad de la forma. Si pinto una mujer, un hombre, un perro o un caballo, lo hago con volumen. No es que yo tenga una obsesión con las mujeres gordas", explicó. "Nadie me cree, pero es cierto (...). No he pintado una gorda en mi vida".

LA OTRA MITAD

(Hermann Hesse)

La mitad de la belleza depende del paisaje;

y la otra mitad de la persona que la mira.

Los más brillantes amaneceres;

los más románticos atardeceres;

 los paraísos más increíbles;

se pueden encontrar siempre en

el rostro de las personas queridas…

*López García-Molins, A. “Políticamente (in)correcto”. El País.es. 24 de julio de 2000


*Artículo publicado en la Revista Canarias Literaria,

La entrada anterior: Canarias, ¿el fin del elefante encadenado?



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