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lunes, 28 de enero de 2019

Con el paso del viento

Mi sombra bajo el sol
se alarga
para revivir el pasado.


Con el paso del viento
me abraza
consciente de su vida extinta
fundiéndose hasta desaparecer.


@jlregojo #RegEye

domingo, 20 de enero de 2019

¿Por qué?

¿Por qué el mundo
televisivo-occidental
se junta a contemplar
el mundo del nadie
que llora agonizante
mientras la libertad pregunta
cuándo la inventarán?


#RegEye @jlregojo

viernes, 11 de enero de 2019

Insatisfacción permanente

Acompañar
al náufrago en su último aliento,
al condenado antes de la silla,
al moribundo antes del cura
es poseer la nada,
la salida del laberinto.


Asir sin agarrar,
desear sin tener
al sol de siervo,
a la luna de esclava.


Insatisfacción permanente
del pensamiento.


@jlregojo #RegEye

viernes, 30 de noviembre de 2018

La paga de Navidad


Falta una semana para celebrar la Navidad, días en los que mucha gente se acuerda de los más desfavorecidos. Semana en la que muchas personas hacen su obra caritativa anual para sentirse bien el resto del año. Las luces navideñas lucen en todo su esplendor y el consumismo supura por sus venas saturadas.

Ese día, Leonor despierta en su habitación con una sensación de bondad repentina.

-Mamá, he tenido una idea. Quiero hacer un regalo a un niño pobre. Le diré a mi ayudante de cámara que se ponga en marcha por las redes sociales y me busque un pobre, pero que sea español.

-Hija, ¡qué orgullosa estoy de ti! Seguro que tu padre también lo va a estar en cuanto se lo diga. Por cierto, ¿qué le vas a regalar?
-La pelota del último Mundial que me dio la selección de fútbol.
-¡Qué buena idea!, además está firmada por todos los jugadores. Eres digna hija de tu padre y heredera del trono. Él siempre dice que el obsequio ha de estar en función del obsequiado. Hay que dar lo justo para que todo continúe igual. Conservar a los pobres es la manera de mantener el equilibrio natural. Sin nuestra generosidad, los pobres se morirían. Hay que mantenerlos vivos, sacarlos de su miseria sería inmoral.

martes, 27 de noviembre de 2018

Palabras refugiadas

Frente a la orilla
del Mare Mortum
he lanzado
los acentos de mi lengua materna.

Nadan como pececillos
en busca de placton
con el que alimentarse.

El filo de la luna
nítido
como el horizonte que nos abraza.

Las estrellas callan,
se miran al espejo
sin una explicación.

Algún día,
los acentos de las personas ahogadas
se mezclarán con los míos:
los mismos.

Entrelazados por sílabas
hablarán de los horizontes
que nos unen,
cantarán de la lejanía,
del pasado,
de lo invisible.

Canción de cuna
de lo que nunca se logra:
el equilibrio.



@jlregojo    #RegEye
(tras la lectura de la poesía de John Berger)

viernes, 16 de noviembre de 2018

En la haima (un microrrelato)

Noche en el desierto, voy al interior de la haima. Me meto entre las ásperas y gastadas sábanas, finas de tanto uso. Parece que van a romperse en cuanto las roce la uña del pie. Noto un agradable frescor. 
A media noche tengo sed. Asomo la cabeza por entre la rasposa manta que hace de puerta. No hay nadie. La noche oscura me engulle y me siento seco y arenoso. Ni siquiera hay estrellas. Mis manos pasan de ser cálidas a frías, sudorosas, de tacto calloso como las del tejido de la puerta a la que continuo agarrado. La vista se me va nublando poco a poco hasta que me desmayo. 
Despierto en el rugoso suelo de la haima cuando un hilillo de agua humedece mi mano. Llueve en el exterior y un lento gota a gota se desliza sinuosamente por la espinosa textura de la pared. Intento cogerlas. Siento el frescor del agua atravesando mis dedos. Los chupo ávidamente dejando que mi seca lengua recupere su nivel de humedad vital y me duermo placenteramente.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

El botón (un microrrelato)


El móvil se ilumina. 
Tengo un mail.
Mira el buzón de la escalera’, dice. 
Bajo intrigado a mirarlo. 
Un sobre con mi nombre y un botón manchado de sangre en su interior. 
Un escalofrío atraviesa mi cuerpo. 
Es su forma de actuar.
El sonido de mis latidos mientras subo la escalera no me deja pensar. 
Solo veo borrosas imágenes que pasan ante mí: le acompañé en el metro, tomamos una cerveza juntos, el diario abierto por las necrológicas, … 
Esa carta con su macabro contenido que anuncia mi inminente muerte. 
¿Por qué? 
Entro en casa.
Voy a la habitación. 
Ahí está, sonriendo con el botón en la mano en la oscuridad del dormitorio. 
Me miro la chaqueta, ya no lo tengo. 
¿Cómo lo ha podido hacer? 
Estoy manchado de sangre. 
Hace frío. 
Ya no me veo reflejado en el espejo del dormitorio. 
Ha elegido a su víctima.



@jlregojo      #RegEye