Frente a la orilla
del Mare Mortum
he lanzado
los acentos de mi lengua materna.
Nadan como pececillos
en busca de placton
con el que alimentarse.
El filo de la luna
nítido
como el horizonte que nos abraza.
Las estrellas callan,
se miran al espejo
sin una explicación.
Algún día,
los acentos de las personas ahogadas
se mezclarán con los míos:
los mismos.
Entrelazados por sílabas
hablarán de los horizontes
que nos unen,
cantarán de la lejanía,
del pasado,
de lo invisible.
Canción de cuna
de lo que nunca se logra:
el equilibrio.
@jlregojo #RegEye
(tras la lectura de la poesía de John Berger)
No hay comentarios:
Publicar un comentario