La historia de la escritura es como una novela de misterio, un thriller, una metamorfosis que nació el año 3500 a.C. hasta la actualidad. Nació con el objetivo de llevar una contabilidad determinada y se ha convertido a lo largo de su azarosa existencia en una forma de vida, pensamiento, creación y muerte: registra, oye y traduce.
La escritura es ...
Memoria de la humanidad
3500 a.C.
Uruk (Súmer)
Pictogramas para anotar cifras en tablillas de arcilla.
3000 a.C.
China
Ideogramas y fonogramas en seda.
2500 a.C.
India
Protoescritura en placas de bambú.
Regalo de los dioses, invención divina
1000 a.C.
Egipto
Jeroglíficos en papiros.
600 a.C.
Fenicios
Alfabeto ugarítico
Alfabeto griego
s. II a.C. Entre los tuaregs, la escritura era una prerrogativa de las mujeres, en tanto que fuente de poder.
Lengua de los monjes: copiar sin crear
Edad Media (
s.V-XV)
Roma
Latín
Alfabeto cirílico en pergamino.
s.XII Acaba el monopolio de la Iglesia: escribas laicos
Gutenberg y la imprenta
s.XV
Gutenberg murió en la miseria y embargado al no poder devolver el préstamo al banquero Fust.
La escritura, una forma más de poder: libertad de ideas, independencia ideológica y censura
s. XVI-XVIII
Europa
Étienne Dolet, impresor quemado por la Inquisición.
Los Étienne, Christophe Plantin, dinastía Elzévir, escuela de Venecia, los Eve, Gascon, Boyer, Du Seuil, Pasdeloup, Derome, Le Monnier, Dubuisson contra la Contrarreforma y la Inquisición.
La resistencia al poder se plasma en una myor demanda de información más que arte o belleza. Nace el libro de bolsillo.
s.XIX
Philadelphia
Nacimiento de la rotativa: 95.000 ejemplares por hora.
Proliferación de la prensa y sus lectores en Europa y EEUU.
¿Sobre qué descansa la escritura?
René Ponot en
Communication et langage (1973) dice: "Sobre papiro (Egipto), tela (Egipto), tablillas de arcilla cocida (Mesopotamia), piedra (Mesopotamia), mármol (Grecia), cobre (India), cuero (mar Muerto), piel de ciervo (México), corteza de abedul (India), agave (América Central), bambú (Polinesia), corteza de agaloche (India), hojas de palmera (India), madera (Escandinavia), seda (Turquía y China), marfil (Autun), tablillas de cera (Egipto, Europa occidental), y sobre las teclas de un ordenador (añado yo).
Hay que advertir que a pesar de la evolución de la escritura a lo largo de los siglos, su uso, aceptando lo masculino como genérico, también ha alimentado el sesgo machista de la sociedad que mantiene el statu quo masculino ante lo femenino. Eso tiene que cambiar.
En tiempos de pensamiento único digital e inalámbrico, de comunicación irreflexiva y reactiva, solo la escritura sosegada y sin una orientación sexual predominante, puede preservar las libertades. La unión de palabras o ideogramas escritos en secuencias variables es el instrumento indispensable del pensamiento. Así, la escritura sigue más viva que nunca. Gracias a ella conseguimos que el libro resultante sea el hacha que quiebra el mar helado que habita dentro de los hombres, tal como le dijo Franz Kafka a su amigo Oskar Pollak en 1904, o que habita dentro de las personas, como digo yo (deberíamos comprobar el término original).
(Reflexiones tras la lectura de La escritura. Memoria de la humanidad de Georges Jean, Blume 2012)
@jlregojo #RegEye