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sábado, 1 de junio de 2024

La Libertad

                                            A Patricia Tschorné, una chilena universal. 
                                            Cuídate y nos vemos al otro lado. (26 mayo 2024)
                                                                            






El pueblo guanche era un pueblo de pastores, pacífico, amante de la libertad, en minúscula y sin cursiva, y enemigo de la injusticia y la crueldad. Su afán por ser libres era tal, que la conquista duró casi un siglo y sus jefes prefirieron morir antes que someterse a los conquistadores castellanos.

    Hoy, teniendo en cuenta los bravos orígenes del pueblo canario, me siento como perdido, “como jadeante, sin jadeo”, que diría Benedetti, después de volver de un centro comercial al que me han llevado: La Libertad.

    Las personas que no sepan de qué les hablo me dirán que la Libertad es ¨la capacidad humana de actuar por voluntad propia, sin que se le imponga la dirección o manera de tomar y ejercer sus decisiones¨. Pero yo, hoy, voy a empezar hablando de otro tipo de Libertad, la que tenemos en La Laguna (Tenerife): el centro comercial La Libertad. ¡Qué bonito!, ¿verdad? Así, con mayúsculas.

    La Libertad es el centro comercial que se encuentra frente el macrocentro comercial Alcampo e Ikea, al lado del Decathlon. Un pequeño gran triángulo de Libertad de desaforado consumismo, atravesado por una autopista.

© Concha Catalán

    Libertad es una palabra inmensa, universal, enorme. Un término que sirve para todo y para todos, porque cuando uno sale del colegio o acaba de trabajar, retoma su Libertad, ya que no tiene que seguir aguantando al profesor o al jefe. Por otro lado, infinidad de países, por ejemplo, entran en guerra para defender la Libertad, cosechando decenas de miles de muertos por ambos lados: víctimas que no han tenido libertad, en minúscula y sin cursiva, para elegir si querían o no matar a sus vecinos.

    A propósito de esto, también algunos hombres someten a ¨sus¨ mujeres porque no saben hacer uso de su Libertad (la de ellas, por supuesto -nótese la ironía-). ¡Cuántas mujeres no han sido tachadas de locas y enviadas a hospitales psiquiátricos! Su delito: querer tener su libertad, con minúscula y sin cursiva. Ahí tienen, por ejemplo, el hospital psiquiátrico Libertad en Ciudad Juárez, ciudad donde, según Amnistía Internacional, se han asesinado 20.292 mujeres entre 2018 y el mes de mayo de 2023.

    La Libertad siempre va acompañada de alguna prohibición, para que pueda liberarse por completo. Por ejemplo, está prohibido robar poco, porque, si robas mucho o muchísimo, siempre habrá algún indulto. Véase el ejemplo de la Caja Libertad de México, sospechosa de lavado de dinero y operaciones de procedencia ilícita.

    Otro gran enemigo de la Libertad es el pensamiento libre. De ahí la existencia de presos políticos y de presos de conciencia. En la Uruguay de la dictadura de 1973-1985, por poner un ejemplo, cerca de 3.000 hombres y mujeres, presos políticos, fueron torturados y represaliados en el Penal de Libertad. Los dirigentes de aquella Uruguay del siglo pasado pensaban como muchos dirigentes actuales en multitud de países, en los que solo se es libre de pensar lo que piensa el gobierno, de lo contrario, está prohibido. Como en las redes sociales, en las cuales puedes publicar libremente, si te atienes a la Libertad de Musk o Zuckerberg.

    Las religiones también nos imponen sus creencias en aras de la Libertad. Por ejemplo, la Libertad sexual existe, siempre que acate la moral de la religión mayoritaria, aunque esa moral atente contra la libertad, en minúscula y sin cursiva, de la minoría, porque, precisamente por eso, es menos importante y se puede prohibir en aras de la Libertad.

    Otro personaje político que se llena la boca con la Libertad es Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid. Me remito a sus definiciones, sin comentarios añadidos: “Libertad es poder pedir una aceituna en mitad de un concierto”, “No conozco un sitio donde la Libertad se haya abierto camino después de cerrarse una plaza de toros, al contrario, lo que viene después de eso es sequía y el control político”, “Libertad es no encontrarte con tu ex”, “Libertad es poder ir un rato a ver una película o a tomarse algo”, “Libertad es comprar donde quieras y cuando quieras”...

    Amigo lector, querida lectora, la Libertad es una gran bandera política en la que caben todos y todo, una palabra enorme, tan enorme que te permite, una vez hayas salido del Penal de Libertad o del psiquiátrico Libertad, entrar en el centro comercial La Libertad, tras haber sacado tus ahorros de la Caja Libertad, y comprar con Libertad todo lo que quieras, consumir con Libertad hasta la saciedad, además de usar tu Libertad para empeñarte más y más.   

    Todo eso, también habrían podido disfrutar 7.291 ancianos de las residencias de Madrid, de no haber cometido la indelicadeza de haber muerto, mientras su presidenta gozaba de la Libertad de tomarse una caña en plena pandemia.

    Por mi parte, a pesar de que está de moda vivir en este mundo de plástico lleno de Libertad, prefiero uno de barro con libertad, así en minúscula y sin cursiva, tal como me enseñó mi querida amiga y compañera Patricia, a cuya memoria dedico este artículo.


miércoles, 29 de noviembre de 2017

España 2017


Allí donde la espontaneidad y la libertad de ideas es culpable de traición o locura.

@jlregojo  #RegEye

lunes, 20 de noviembre de 2017

La escritura: el último reducto de libertad

La historia de la escritura es como una novela de misterio, un thriller, una metamorfosis que nació el año 3500 a.C. hasta la actualidad. Nació con el objetivo de llevar una contabilidad determinada y se ha convertido a lo largo de su azarosa existencia en una forma de vida, pensamiento, creación y muerte: registra, oye y traduce.

La escritura es ...

     Memoria de la humanidad

3500 a.C.
Uruk (Súmer)
Pictogramas para anotar cifras en tablillas de arcilla.

3000 a.C.
China
Ideogramas y fonogramas en seda.

2500 a.C.
India
Protoescritura en placas de bambú.

      Regalo de los dioses, invención divina

1000 a.C.
Egipto
Jeroglíficos en papiros.

600 a.C.
Fenicios
Alfabeto ugarítico
Alfabeto griego

s. II a.C. Entre los tuaregs, la escritura era una prerrogativa de las mujeres, en tanto que fuente de poder.

     Lengua de los monjes: copiar sin crear

Edad Media (s.V-XV)
Roma
Latín
Alfabeto cirílico en pergamino.

s.XII Acaba el monopolio de la Iglesia: escribas laicos

     Gutenberg y la imprenta

s.XV

Gutenberg murió en la miseria y embargado al no poder devolver el préstamo al banquero Fust.


     La escritura, una forma más de poder: libertad de ideas, independencia ideológica y censura

s. XVI-XVIII

Europa
Étienne Dolet, impresor quemado por la Inquisición.
Los Étienne, Christophe Plantin, dinastía Elzévir, escuela de Venecia, los Eve, Gascon, Boyer, Du Seuil, Pasdeloup, Derome, Le Monnier, Dubuisson contra la Contrarreforma y la Inquisición.
La resistencia al poder se plasma en una myor demanda de información más que arte o belleza. Nace el libro de bolsillo.

s.XIX

Philadelphia
Nacimiento de la rotativa: 95.000 ejemplares por hora.
Proliferación de la prensa y sus lectores en Europa y EEUU.

     ¿Sobre qué descansa la escritura?

René Ponot en Communication et langage (1973) dice: "Sobre papiro (Egipto), tela (Egipto), tablillas de arcilla cocida (Mesopotamia), piedra (Mesopotamia), mármol (Grecia), cobre (India), cuero (mar Muerto), piel de ciervo (México), corteza de abedul (India), agave (América Central), bambú (Polinesia), corteza de agaloche (India), hojas de palmera (India), madera (Escandinavia), seda (Turquía y China), marfil (Autun), tablillas de cera (Egipto, Europa occidental), y sobre las teclas de un ordenador (añado yo).

Hay que advertir que a pesar de la evolución de la escritura a lo largo de los siglos, su uso, aceptando lo masculino como genérico, también ha alimentado el sesgo machista de la sociedad que mantiene el statu quo masculino ante lo femenino. Eso tiene que cambiar.

En tiempos de pensamiento único digital e inalámbrico, de comunicación irreflexiva y reactiva, solo la escritura sosegada y sin una orientación sexual predominante, puede preservar las libertades. La unión de palabras o ideogramas escritos en secuencias variables es el instrumento indispensable del pensamiento. Así, la escritura sigue más viva que nunca. Gracias a ella conseguimos que el libro resultante sea el hacha que quiebra el mar helado que habita dentro de los hombres, tal como le dijo Franz Kafka a su amigo Oskar Pollak en 1904, o que habita dentro de las personas, como digo yo (deberíamos comprobar el término original).


(Reflexiones tras la lectura de La escritura. Memoria de la humanidad de Georges Jean, Blume 2012)

@jlregojo    #RegEye


martes, 5 de septiembre de 2017

Libertad

¡Déjame ser libre! —le contestó a su padre porque le recriminaba que llevaba dos horas seguidas frente a la pantalla del móvil.

@jlregojo    #RegEye

domingo, 3 de septiembre de 2017

Domingo en la cárcel de Can Brians: el caso de Hamza Yalçin


Objetivo: visitar al periodista y escritor kurdo-sueco Hamza Yalçin, detenido en Barcelona el 3 de agosto porque Turquía emitió una orden de detención por supuestos vínculos terroristas y bajo la acusación de insultar al presidente del paísLa Federación Internacional de Periodistas ha solicitado que no se extradite a Yalçin: 'Los cargos de 'terrorismo' son otro pretexto para perseguir a la prensa libre y crítica'.

La periodista Concha Catalán de Innovation and Human Rights, lleva trabajando por la puesta en libertad de Hamza Yalçin desde su ingreso en prisión con el Sindicat de Periodistes de Catalunya Su familia de Suecia le ha dado permiso para visitarle, ha buscado posibilidades de alojamiento por si le permitían salir antes de prisión y ha contactado con sus asesores turco-suecos cuando han venido a Barcelona. Incluso ha recorrido librerías para encontrar un diccionario turco español que Kurdo Baksi, amigo de Hamza Yalçin, quiere comprarleLleva semanas esperando el domingo día 3 de septiembre para transmitirle su solidaridad, la del Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC), la Federación Española de Sindicatos de Periodistas (FeSP) y la European Federation of Journalists (EFJ), para que sepa que no está solo, que hay gente fuera que lucha para su puesta en libertad.

3 de septiembre 2017
08:00 
Salimos de casa hasta la parada del autobús en Sants. Subimos y desde la ventana vemos cómo un taxi trae a dos turistas borrachos, una mujer se sube las faldas y mea en la acera de enfrente mientras un hombre rebusca en la papelera tirando todo fuera. Me siento y busco el cinturón de seguridad: no hay. La tapicería es vieja y está sucia y gastada. Pienso en los VIPs de Soto del Real o cuando Millet y compañía entraron en Can Brians. Sus familiares fueron y van en Audis y Mercedes pagados por nosotros. En el autobús, mayoría de mujeres, muchas con niños y abuelas. Catalán, castellano con acentos varios, portugués, inglés y árabe. Un niño rubio de unos 9 años llora porque se niega a subir al autobús. Al final, la madre consigue convencerle. Concha saluda a otro periodista que sabe que sigue la historia de Yalçin.

09:10 
Salimos. En el autobús van varias mujeres rubias a lo Belén Esteban, con tatuajes, y hombres con gafas de sol y camisetas sin mangas mostrando los tatuajes y los músculos que creen tener. Muchos se conocen entre ellos y saludan al revisor, la alegría de los niños.
Los rayos de sol luchan por salir entre la niebla. Montserrat al fondo, fábricas al lado de la autopista. Pequeñas manchas verdes en la ladera de la montaña con alguna masía escondida entre el paisaje de almendros, viñedos, frutales, mercadillos, fábricas...Peaje de Martorell.

09:50
Llegamos a Can Brians 2. La primera impresión de la fachada es realmente de reclusión, más que de relación interior/exteriorParte del pasaje del autobús se agolpa a la salida del autobús. Nosotros vamos a Can Brians 1. 

09:53
Llegamos a Can Brians 1. Primer control. Delante nuestro un treintañero alto, muy delgado, mala dentadura, pelo largo y barba de días ha llegado 5' tarde y no le dejan entrar. Chilla: 'Con Franco vosotros no estaríais aquí' mientras se agacha a recoger una colilla del suelo.
Pasamos el control hasta la sala de espera. Atestada. Muchos niños pequeños. Se oye: 'Primero los vis a vis'. Una muchedumbre se agolpa.
Aquí dentro abundan las mujeres de pelo moreno y cola de caballo. El volumen de ruido es considerable porque todo el mundo habla a gritos. Los hombres hablan de fútbol y de los fichajes del Barça, de la diferencia entre abogados de pago o de oficio. Mucha gente fuma fuera. Es un ejemplo de multiculturalidad en razas, lenguas y vestimentas. Aunque echo en falta orientales. No veo a nadie con rasgos orientales.
Voy a la máquina de café. Pregunto si da cambio. '', me responden dos señoras sentadas junto a la máquina expendedora de bebidas. Meto una moneda de 2€, se la traga y no me da el café. 'Casi 300 pelas', me dice un tipo a mi lado. 'Si le damos una patada, esos nos meten en chirona, aquí', me dice a carcajadas señalando a los Mossos de las ventanillas. Yo también me río. Nadie quiere volver a intentarlo con 50 céntimos. Nos alejamos de la máquina. Se acerca otro tipo. Nadie dice nada. Todos miramos expectantes. La máquina se le traga la moneda. Reclamo a un Mosso y me dice que llame al teléfono de la máquina: un 902 (pagaré más por la llamada). Me resigno. Voy a la Mossa y le digo que ponga un cartel para que nadie más pierda dinero. Lo hace.

10:50 
No acaba de salir el sol y seguimos esperando a que nos den número. En la ventanilla, el Mosso nos dice, 'Usted está autorizada, el señor no'. Nos aclara que son 20' de una única visita al preso por parte de las personas que vengan a verlo, hasta un máximo de cuatro. Sin móvil , sin grabadora, sin bolígrafo... Nos informa que hay otra persona autorizada. 'El del autobús', comentamos. Concha se dirige hasta él y hablan. Mientras tanto, yo empiezo a notar un ligero dolor de espalda. Se nota que ni el Conseller ni el director de Can Brians se han sentado nunca en las sillas de plástico, los respaldos están rotos y es peor estar sentado que de pie. Una máquina expendedora funciona, Concha compra un Kitkat y lo comparte entre los tres.

11:48 
Concha ya tiene un papelito para dirigirse a otra ventanilla donde le darán un número y le dirán la hora de entrada aproximada. Le comunican que cuando hay más de una visita, el primero de los autorizados que llega decide si deja entrar a los otros. Ella es la segunda. No hay nadie más. No duda que podrán entrar los dos. 

12:10 
Llega el operario de la máquina de café. Voy de un salto hacia él, le explico lo que me ha pasado y me devuelve los 2€. Nos invita a café.

12:15 
El otro periodista, Javier Oliden
 

dice que viene por Público y ha tomado la decisión de no dejar entrar a Concha con él. La escuela Inda-Marhuenda tiene seguidores. Él sabía que al revés, sí habría podido entrar, pero prefirió callar y comerse la parte de Kitkat que le dio Concha. 'Le daré tu solidaridad', fueron sus últimas palabras mientras cruzaba el control previo a la entrevista.







12:50
Salimos sin poder ver a Hamza Yalçin porque Javier Oliden no la ha dejado entrar con él. Volvemos a la parada del autobús. 

13:10
El próximo sale a las 13:30. Bronca en la parada a cuenta de la tanda. Este tipo de visitas es un castigo para los familiares y también para los Mossos que trabajan aquí.

13:20
Huele a cloaca. Miro a mi alrededor y veo que una rata de dos patas se acerca a la parada.

13:31
Llega el autobús. Regresamos a Barcelona sin entrevista pero conociendo un poco mejor cómo funciona el mundo de las cloacas periodísticas y el mundo de las pacientes familias de los presos. 
Un único rayo de sol entra en el autobús, es el revisor, que consigue entretener y convertir en sonrisas los llantos de los niños, cansados de tanta espera. Afortunadamente y aunque no lo parezca, son más las personas como él y menos los tipos como Javier Oliden. Las familias se despiden hasta el siguiente fin de semana.

Las nubes bajas siguen impidiendo que los rayos de sol lleguen a las paredes de la prisión.

14:20
Llegamos a Sants. Bajamos con dificultad del autobús por la bronca que hay en la cola para subir por la cuestión de las tandas también. Vamos a buscar un Bicing para volver a casa y nos cruzamos con un hombre que está comiendo lo que va sacando de una papelera. 

Es increíble que en la Unión Europea, un periodista con nacionalidad sueca pueda llevar desde el 3 de agosto encerrado en una cárcel extranjera con solo 20' de contacto con el exterior dos días a la semana, los sábados y domingos, por una demanda de extradición de Turquía, país donde los derechos humanos son permanentemente violados y hasta la directora de Amnistía Internacional y otros defensores de los derechos humanos están en prisión. 

La cruda realidad es que Hamza Yalçin sigue encarcelado mientras aquí el gobierno del Partido Popular (PP) habla del respeto a los derechos humanos en Venezuela y mientras la precariedad laboral del periodismo, entre muchos otros oficios, hace que afloren los más bajos instintos para impedir una mayor repercusión mediática que pueda agilizar la libertad de Hamza. 

Mientras acabo de escribir esta crónica-reflexión-denúncia, veo un tweet de Mariano Rajoy sobre libertad de expresión. Lo leo y con sonrisa socarrona recuerdo la parábola de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio ojo:

Lamentable la prohibición de la salida a @liliantintori. Pueden encerrar a las personas pero no a los ideales. Libertad para Venezuela. MR @marianorajoy

@jlregojo    #RegEye