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viernes, 10 de noviembre de 2017

Contra el miedo


Mirando al sol

las sombras caen detrás.

Sigue sin miedo.



@jlregojo   #RegEye

domingo, 5 de noviembre de 2017

El árbol de la solidaridad


No amanece para los desposeídos,
para los refugiados.
Mientras tú anocheces.

Libres en la oscuridad del mundo.
Libres en las pantallas del móvil,
hasta que se apagan.

Desnortados ellos, por miedo.
Envilecidos nosotros, por ignorancia.
No todos.

Tropezamos en el bosque del camino:
religiones,
fronteras,
banderas,
fanatismos.

El árbol de la caridad
de hoja caduca y espinas en el tronco
crece de arriba a abajo,
sin cambios.

El árbol de la solidaridad
de hoja perenne y semilla generosa
es horizontal,
sigue dando fruto.


@jlregojo    #RegEye


viernes, 30 de junio de 2017

Los refugiados y la responsabilidad de tu voto

...Se podía palpar el hambre... Caminaban lenta y pesadamente, agotados, con los pies rozando el duro asfalto, sus espaldas caídas como si las empujaran hacia delante, sus bocas colgando abiertas, la mirada en blanco, síntoma inconsciente del agotamiento absoluto.... Había familias enteras caminando juntas, acarreando unas pocas pertenencias elementales... Eran como sombras deslizándose de ninguna parte a ninguna parte. Entre el ruido del mar y el eco de los precipicios el único sonido que producían era el roce de las sandalias en la piedra, el silbido de una respiración fatigosa, el gemido que irrumpía en sus labios agrietados y que viajaba a lo largo de la línea vacilante hasta morir en la distancia... Los había de todas las edades, pero sus rostros estaban demacrados con idéntica fatiga ... La ciudad había sido desangrada y todo aquel capaz de caminar había huido por las carreteras... Cuando la carretera giraba abruptamente, la línea de refugiados crecía... La llanura se extendía en la lejanía hasta donde nos alcanzaba la vista, y atravesándola, en el lugar donde debería haber estado la carretera, kilómetros de seres humanos serpenteaban como una oruga gigante, ... alargándose más allá del horizonte... En ninguna parte se veía la carretera. Estaba todo tupido de refugiados, miles y miles, apretados, cayendo unos contra otros, ... llenaban la llanura con el zumbido de sus voces, llantos, gemidos, ... Llevaban andando por lo menos cinco días con sus cinco noches... entre ellos miles de niños ... Un silencio inmenso sitiaba a los refugiados. Los que estaban a punto de morir por inanición yacían en los campos, ... la mirada salvaje y vidriosa, con ojos de desesperanza. Los muertos se amontonaban indiscriminadamente entre los enfermos... La línea de refugiados avanzaba por delante de nosotros... En cuatro días la ciudad se había transformado en un extenso campamento... la primera bomba ... Podía escuchar los gritos terribles, aterrorizados de los niños... había gente corriendo y chillando... el suelo aún vibraba bajo mis pies...  ¡A los bombarderos no les interesaba el puerto! Perseguían presas humanas. Perseguían a los cientos de miles de personas que ... El ataque había pasado, pero la muerte y los muertos se quedaron... En el fondo del cráter había tubos de desagüe, ropas desgarradas y restos de lo que alguna vez habían sido seres humanos ...