Poema publicado en la revista de cultura canaria Tamasma Cultural con motivo del Día de la Poesía, el 21 de marzo de 2023.
Tras la ventana,
salgo de las mantas
para zambullirme en un mar helado.
En posición horizontal,
perdido ante la hoja de papel en blanco,
observo la monotonía del azul.
Insignificante e inmenso
se recoge ola tras ola,
hoja tras hoja...
se escapa.
Me sumerjo en ese blanco que rodea al negro
para retroceder hacia
el templo del saber.
Miro afuera
sin ver nada,
con el dedo detenido en las palabras.
La profunda mirada de un gato
me extravía.
Paisaje de pensamiento infinito.
Desdeño las apariencias
porque no son realidad
y celebro su breve existencia.
Frente al reflejo del vidrio, único conocedor de mí mismo,
confundo soledad con miedo a estar solo,
sol de día con resplandor de hoguera nocturna.
¿Fue fogata,
es nacimiento de fuego,
será lumbre de hogar?
Pido ayuda, ayuda de cualquiera.
Trepo descendiendo por las ramas de mi corazón
para rogársela a las nubes.
Esta hora que siempre está empezando
no es de hoy,
serpentea por las entrañas, implacable.
Obedezco a una intuición
hasta apreciar la forma que limita con la nada
mientras la luz se retira.
Pierdo el enfoque necesario
ante la vastedad de la intemperie.
Solo queda una idea: todo el tiempo, el mar.