En la bruma de la mañana,
este poema es intuitivo y resbaladizo,
preso de sí mismo
cual gota de rocío sobre una hoja
de la que no se puede o no se quiere liberar.
Mientras el viento obliga al árbol a confesar su otoño,
la noche desvanece la oscuridad que vive en su interior.
Recuerdo de algo que ya no duele,
pero que no deja ileso.
Ahora que mi piel conserva todavía tu calor,
reivindico la libertad de perderme en mis sueños,
cicatrices, algunos, cinceladas en mi interior,
como las del colmillo del elefante,
las láminas del caparazón de la tortuga,
las estancias de la concha del nautilo,
testigos, todas ellas, de tiempos pasados.
Solo nos relacionamos con nosotros mismos,
mientras se agudiza la sensación de soledad.
Amanece tras las montañas.
Ya no veo la luz,
sino las cosas iluminadas.
Nos encontramos sin saber qué decir,
significado real del verbo perder.
@jlregojo #RegEye