Marzo 2024. Nro. 20
«No es que tengamos esperanza, sino que la albergamos» John Berger.
Oigo en la televisión canaria a un político afirmar: «Los canarios no buscamos conflicto, ya nos va bien convivir así. Y a los turistas, también les gusta nuestra forma de ser».
No todo el mundo está de acuerdo con esta afirmación, pero la prostituta polícía política de los medios de comunicación tortura a las palabras hasta su rendición para hacerles decir lo que no quieren: democracia, libertad, justicia, igualdad, pacífico, … Todo en aras de la globalización, la convivencia y la libertad de información.
Con nocturnidad, las pardelas acompañan con sus gorjeos a unas mujeres canarias que se han rebelado contra sus depredadores porque, se repiten entre ellas, los sueños forman parte de su vida. En ellos, luchan y vencen, se sublevan, hostigan, insubordinan, se alzan, amotinan, preguntan y opinan. Un grupo que se hace llamar las pardelas cenicientas.
Son silenciosas en mar abierto, pero hablan con el lenguaje nocturno de la desobediencia entre ellas, el único lenguaje que permite contar y defender algunas verdades. Uno que no predice lo que va a hacer a continuación. Palabras con silenciosas intenciones finales que se extienden como la pólvora y llegan hasta el corazón en busca de un conflicto que saben que es el camino hacia la insumisión.
Los depredadores lo saben, y están nerviosos.
La entrada anterior: Duelo en el océano: un monólogo de muerte sin fin
Asi es Jose Luis. Me ha encantado por lo que tiene de verdad y de comienzo de insumision. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Matale.
EliminarMe encantó!! 👏👏👏👏
ResponderEliminarGracias por leerme.
EliminarJl me ha encantado por eso creo que tendría que haber más parcelas y menos culichiches ,como decimos aquí, o menos borregos como se dice aquí y en otros sitios
ResponderEliminarGracias por leerme.
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