Me miró, un segundo fugaz.
Dos imanes que arrastraron
lo que hay de mi a la superficie,
al descubierto, sobre mi piel.
Malvivo en el olvido sin saborear,
solo en compañía,
dejo de ser una multitud
convirtiéndome en miedo.
Las luces,
destellos en la oscuridad,
desfilan.
Miro sin ver,
noto sus caricias, volutas de humo.
Pierdo el rumbo en lugares conocidos,
saboreo la insipidez de la tarde.
Mi corazón se derrite,
ha dejado de existir.
Recuerdo el aleteo de sus pestañas.
Suspiro por una brizna del pasado,
ese lugar desconocido
donde me miró.
Los vivos, sombras
que comparten un silencio
de eternidad.
El país de los que están a punto de desaparecer.
#RegEye @jlregojo