Esa belleza moral de la que habló Simon Leys es la que parece ser el enemigo número uno de la ciudadanía española y catalana a tenor de los gobiernos que ha habido en los últimos años: corrupción, fiscales y tribunales a medida, una justicia igual para todos en el papel, pero no su aplicación, la monarquía, referéndums, amiguismo, chulería, violencia de género, burla institucional, currículums falsificados, ...
En definitiva, el gobierno de lo feo.