Esa pregunta, al igual que cuando le preguntaron al Capitán Haddock si dormía con la barba por encima o por debajo de la sábana, me mantuvo en vela buena parte de la noche hasta que decidí hacer dos cosas.
A partir de ahora:
- Emparejaré los calcetines antes de meterlos en la lavadora (así desaparecerán los dos o ninguno).
- No guardaré los desparejados por mucha pena que me den, así minimizaré la sensación de tener tantos huérfanos.