Sábado: concierto del 'Cor de noies' del Orfeó Català. Espléndido si no fuera por el título: Amor y patria.
Domingo: voy al teatro. Obra interesante en catalán con cuñas en castellano e inglés, que me hace sonreír con comentarios del tipo 'las banderas me producen picores' y algo similar a: los himnos, como el del Barça o Els segadors, me hacen llorar, aunque la mayoría de la gente que los canta no sabe por qué se cantan o qué quisieron decir en su momento ni ....
Obvío el nombre de la obra para evitar que los talibanes de turno la boicoteen por lo que pudiese ser una mala transcripción de mi memoria.
¡Suerte que todavía nos queda gente que se toma las banderas, himnos y patrias con humor!
Lunes: tomo el AVE y voy a Madrid. Vuelta por Fuencarral y entro en la Casa del Libro: una estantería llena con 'Patria' de Fernando Aramburu.
Salgo voy a tomar un café a la cafetería Vienal y me ofrecen la especialidad de la casa: un 'Español'.
¿Me lo habrán ofrecido porque se me nota que soy catalán pro-referéndum legal?
En lugar de ofrecerme un bocadillo de jamón con pan con tomate (ya que es un Español), me ofrecen un sandwich (en inglés bien escrito, no un sangüich) de jamón y tumaca (como el catalán es tan difícil como el polaco, no saben escribir 'tomàquet').
Saturado de patrias, catalanidad y españolidad, me voy al museo del Prado a ver las salas dedicadas a Goya, símbolo universal frente al horror provocado por el ser humano, la injusticia y el sinsentido de la guerra. Quizás debido a esta saturación patriotera, veo los cuadros desde otra perspectiva.
En 'El coloso', atribuida a Goya hasta 2008, veo la pesada imagen de los nacionalismos que nos ahogan.
Sigo con 'Los fusilamientos del 3 de mayo' y se me aparecen los gorros de los soldados con banderas rojigualdas y cuatribarradas. Todos ellos entremezclados mientras fusilan sin saber a quién. Todo por las patrias, con una característica común: el color rojo de la sangre derramada.
Después, 'Saturno' que personifica ese sentimiento humano del miedo a perder el poder. Dependiendo del ángulo de visión puedo ver la cara holográfica de Rajoy o de Puigdemont.
Mientras los 'Dos viejos comiendo', cada uno de una patria diferente, debaten sobre dónde esconder el dinero heredado de sus familiares o el que reiteradamente les ha tocado en la lotería.
Los pringaos de turno que no heredan ni les toca la lotería se baten en un 'Duelo a garrotazos' por sus patrias, uno con barretina y el otro con sombrero cordobés.
No podían faltar los medios de comunicación en esta gran orgía de confusión y manipulación reinante. 'El gran cabrón' arengando a las brujas, personificación de los medios de comunicación que manipulan a la ciudadanía. La chica de la derecha, la becaria, está esperando para ser iniciada en el ritual si quiere llegar a ser una bruja-periodista.
Todas ellas, pinturas negras de la casa de Goya, la Quinta del Sordo. Ahí es donde deberíamos enviar a Rajoy y a Puigdemont encerrados solos una semana.
Martes: voy de visita a Ávila y de camino a 'los Cuatro Postes' desde donde hay una magnífica vista de la ciudad y de su muralla, me desvío a tomar un café. Me encuentro ante Casa Eladio en su patética Zona Nacional y me voy sin tomar nada.
Todo por las patrias y las banderas.
#SÍALREFERENDUM
@jlregojo #RegEye
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