a Blas de Otero
A pesar de que mi corazón ha perdido su gravedad,
agarra el tiempo con la palabra.
Parece que ha perdido la vida y el tiempo,
mientras mis latidos dialogan con tu sombra.
Tras la mascarilla, tomas el error por verdad,
la mentira por certeza.
Miras al horizonte desolado, gente y paisaje confinados,
a la espera de algo que está a punto de suceder.
Palabras rebeldes aprisionadas tras la tela.
Unas se mueren, pierden el valor que la boca le ha dado:
campos de distracción que hacinan el pensamiento.
Otras se escapan, significan más de lo que queremos decir.
Palabras, entidades solubles que permanecen
frente a las estadísticas de fin de año: nosotros.
Si crees que he perdido la voz,
el límite de tu lenguaje es el límite de tu mundo.
¡Me queda la palabra
frente a la precariedad y la nada!
@jlregojo #RegEye
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