La desesperación da valor
a las personas refugiadas:
silencio de los muertos
que llegan y no llegan.
Un instante
de vida y muerte,
entrelazadas entre sí,
en el Mare Mortum.
Mar de noche,
luto neonato.
Cuerpos dormidos en el agua
en vano.
Su ingente número
oculta al individuo.
Tu desdén alcanza
cotas más altas.
Memoria humillada
con nuestro recuerdo:
la lágrima oficial
del rostro emocionado.
Sentado en el sofá
contemplas el duelo
cargado de indiferencia.
Ya no es 'prime time'.
El dolor no cotiza en bolsa,
los bostezos pasan la página del día
y nuestra voz es débil,
valor mudo en liquidación.
Un agujero negro en sus miradas.
El instante de la muerte
los saca a flote,
los devuelve al hogar.
#RegEye @jlregojo
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